jueves, 15 de marzo de 2012

Breve (pero completo) resumen de mis andanzas por tierras del apóstol

Creo que lo he dicho en más de una ocasión, pero lo repetiré, por si todavía hay alguno que no se haya enterado: María Arias es un encanto.
Hay todo un entramado de actividades alrededor del oficio literario, que no son el escribir en sí y que, para quienes dicho oficio es un esporádico y balsámico paréntesis, pueden resultar imponentes y un poco desconcertantes. Me refiero, por supuesto, a los actos públicos, entrevistas, firmas de ejemplares, presentaciones y promociones varias. En momentos como esos, confieso sentirme desubicado, un tanto como pez fuera de pecera, e inevitablemente inquieto.
Precisamente por eso, es tan valioso tener a tu lado a gente como María.
María nos acompañó a Marta y a mí en un maravilloso fin de semana en Santiago de Compostela de la misma manera que lo haría un viejo y apreciado amigo. Ella fue nuestro enlace con la prensa y consiguió que, en todo momento, se crease un ambiente distendido, cómodo. Sincero. Al regresar a casa, no tuve la sensación de haber estado trabajando y haciendo promoción, no; volví pensando que había estado pasando el tiempo con unos amigos.
María ha dedicado una entrada en su blog a la crónica de ese maravilloso fin de semana. Blog que, por cierto, recomiendo encarecidamente a todos aquellos interesados en el panorama narrativo español actual.


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