Creo que lo he dicho en más de una ocasión, pero lo repetiré, por si todavía hay alguno que no se haya enterado: María Arias es un encanto.
Hay todo un entramado de actividades alrededor del oficio literario, que no son el escribir en sí y que, para quienes dicho oficio es un esporádico y balsámico paréntesis, pueden resultar imponentes y un poco desconcertantes. Me refiero, por supuesto, a los actos públicos, entrevistas, firmas de ejemplares, presentaciones y promociones varias. En momentos como esos, confieso sentirme desubicado, un tanto como pez fuera de pecera, e inevitablemente inquieto.
Precisamente por eso, es tan valioso tener a tu lado a gente como María.
María nos acompañó a Marta y a mí en un maravilloso fin de semana en Santiago de Compostela de la misma manera que lo haría un viejo y apreciado amigo. Ella fue nuestro enlace con la prensa y consiguió que, en todo momento, se crease un ambiente distendido, cómodo. Sincero. Al regresar a casa, no tuve la sensación de haber estado trabajando y haciendo promoción, no; volví pensando que había estado pasando el tiempo con unos amigos.
María ha dedicado una entrada en su blog a la crónica de ese maravilloso fin de semana. Blog que, por cierto, recomiendo encarecidamente a todos aquellos interesados en el panorama narrativo español actual.
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