En realidad, nunca he sido fallero.
He sido, eso sí, ocasional y devoto visitante de casales y carpas en los que, por unos días, una despreocupada locura tiene la mágica propiedad de la desconexión total y absoluta. Digo "he sido". Lo cierto es que cada vez menos.
Y, sin embargo, las fallas siempre han estado ahí, de fondo, marcando con su presencia el ciclo anual de pequeños puntos y apartes en la cotidianía lineal. Justo era, pues, reconocer dicha presencia en lo que uno hace. Por eso, cada vez que puedo, lanzo pequeños guiños a una fiesta que, lo queramos o no, define a los valencianos tanto como nosotros la definimos a ella. Estoy hablando, por ejemplo, de algunas escenas de "La mano de Dios".
Y de mis cuentos en los llibrets falleros.
Llevo ya varios años participando de este modo en la fiesta; haciendo lo que sé hacer. O, mejor dicho, lo que me gusta hacer. Cuando se acercan estas fechas, suele contactar conmigo algún apreciado amigo que sirve de enlace con la comisión de alguna falla y me lanza el reto, cual guante bravucón: un par de páginas, solamente. El desafío viene acompañado por otros condicionantes que contribuyen a darle más interés si cabe a la lid: que hable sobre Alicia en el país de las Maravillas. Sobre animales. 20 líneas inspiradas en una foto... Me lo tomo como una especie de ejercicio, la verdad. Una prueba de fuego (nunca mejor dicho) para no oxidarme y probarme a mí mismo cuando las restricciones aumentan. Y me lo paso bien.
Este año he tenido el inmenso placer de escribir dos de estos artículos falleros: uno para la falla Joan Ramón Jiménez (el libro está disponible para ser descargado en pdf desde esta página web, aunque merece la pena hacerse con él en edición impresa) y otro para la falla República Argentina, ambas de Xàtiva. De este último llibret, además, tuve el honor de ser el presentador en un acto entrañable que tuvo lugar el pasado viernes 9 de marzo, y en el que tuve la inmensa suerte de compartir mesa con Josep Lluís Fitó i Begonya Martínez, dos de los responsables de esta publicación (una crónica algo más detallada de este acto puede encontrarse en la web de Portal de Xàtiva).
En ambos casos se trata de libros excelentes, de una calidad extraordinaria, repletos de colaboraciones de personas, amigos, de la talla de Xavier Aliaga, Elies Barberà, Ximo Corts, Agustí Garzó o Toni Martinez, por poner sólo unos pocos ejemplos, y entre los cuales es siempre un orgullo figurar. La destacable labor cultural de ambas publicaciones ha sido merecedora de los premios de la Generalitat Valenciana, en séptimo y décimo lugar respectivamente (el lector puede acceder a algunas reseñas en este sentido en esta página web o en esta otra). Un aliciente, sin duda, para seguir aportando y colaborando en la dignificación y el reconocimiento de una fiesta que, tal como apunta un escritorzuelo de tres al cuarto en el remate final de su modesta contribución al tinglado fallero, "llevamos en la sangre".
No hay comentarios:
Publicar un comentario